Los padres, jugando con el bebé
Resulta imprescindible estimular al niño desde muy pequeño y una de las formas más placenteras, tanto para los padres, como para el niño, es el juego. El juego favorece su desarrollo y es una forma de aprendizaje, además de ser un medio para consolidar la relación paterno-filial. Por ello, todos los padres deben dedicar una parte del día a jugar con sus hijos, conseguirán que éstos sean unos niños más despiertos y felices.
La edad del niño marcará el tipo de juegos más adecuados. Durante los primeros días, gran parte del tiempo, permanecen dormidos. Poco a poco, comienzan a concentrar el sueño por las noches, pasando más tiempo diurno despiertos. A esto se le añade su creciente interés por todo aquello que les rodea. Los lactantes perciben un mundo excitante lleno de colores, de olores, de sonidos y de texturas, a través de los sentidos, que deben ser estimulados mediante juegos:
Hablarles, cantarles, acercarse a ellos y captar su atención moviendo las manos u objetos de vivos colores. Ellos tienen preferencia por las voces femeninas y por las caras. La música les agrada ya desde muy pequeños, sobre todo si se acompaña de caricias y se les mece.
Aprovechar el momento del baño para jugar con el agua y dejar que se relaje. Al terminar, masajearle con suavidad todo el cuerpo.
Mecerle en brazos, balancearle, mover sus brazos y piernas, siempre con suavidad, fomentar sus habilidades locomotoras, su coordinación, orientación y equilibrio.
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