Jovenes que se aislan del mundo - "Hikikimoris"
Los hikikomoris, adolescentes que se aislan del mundo y se encierran en su habitación durante años, donde construyen un universo propio en compañía de los videojuegos e Internet. En Japón los sufren más de un millón de personas. Son jóvenes de entre 17 y 30 años (varones por lo general) que comparten el hogar con sus padres, pero se pasan años enteros sin salir de su cuarto. Un adolescente venezolano manifestó: "Mi vida siempre estuvo así, yo desarrollé una repelencia activa hacia todo el mundo, cuando ya no estaba aislado sino consiente de mi alrededor, solo tenia una sensación de odio hacia todos, especialmente hacia mi papá y mis compañeros de clases." Las exigencias familiares y sociales son el factor determinante. El ingreso a las universidades es cada vez más difícil, y el éxito en la vida profesional personal; por eso cuando los jóvenes no pueden cumplir con las expectativas propuestas, deciden resignarse y desligarse de su relación con el mundo real , incluyendo a sus padres. Según Sonia Almada, una psicóloga argentina que comenzó a tratar este problema en los adolescentes "en América Latina es un fenómeno novedoso que se está instalando rápidamente". "El problema es que aún no hay especialistas capacitados para tratarlos porque todavía no aparece en lo manuales psiquiátricos. Como sucedió en la década del '90 con la bulimia y anorexia, que al principio no se lo reconocía porque no aparecía en los libros" asegura. Los jóvenes se sienten que fracasan, comienzan a ser pesimistas, se sienten horribles y así también miran al mundo, piensan que nada afuera tiene sentido, y entonces se encierran. Los padres de los Hikikomoris latinos es que recurren a distintos especialistas sin encontrar respuestas, ni diagnósticos, ni soluciones "no extremas" para ayudar a sus hijos. "Por lo general la solución propuesta es la hospitalización del paciente. Algunos chicos terminan medicados con ansiolíticos y antidepresivos pero sin acceder a psicoterapias. Por lo tanto el joven está encerrado y medicado. Sin ningún cambio", indica. Según la especialista "los juegos de Internet permiten mostrar veladamente aspectos de la personalidad que se encuentran ocultos o reprimidos y conseguir reconocimiento y supremacía, en los juegos en los que se crea un personaje que va aumentando su poder a medida que consigue puntos, pudiendo llegar al liderato de otros jugadores subordinados." Uno de ellos describió "Buscamos esa historia en los vídeo juegos, en donde se crea otro tipo de aislamiento, al ignorar el mundo e interpretar al personaje en un 100%, tomando su personalidad, y en la vida real imaginando el mundo adaptado a eso" La licenciada Almada, que trabaja más de 50 casos en Argentina, considera este problema como una enfermedad que comienza a ser epidemia en el mundo adolescente. "Los padres tienen que estar atentos porque el auto encierro es progresivo. Los adolescentes comienzan por desinteresarse de las actividades que cotidianamente desarrollaban, se alejan de los amigos y no salen de la casa. Esos son detalles precisos de lo que va a ocurrir." "Hay cuestiones que no son negociables con los adolescentes y los niños, o sea, si un chico decide no ir a la escuela, no se le puede permitir faltar, lo mismo cuando deciden pasar más de 3 horas frente a la computadora. Hay que poner un límite certero." Analizándolo desde un ángulo social, Almada destaca la idea de una "generación de la decepción" dónde "los padres también padecen esta desilusión de no haber podido lograr su metas propuestas". "Y no pueden transmitir a sus hijos la idea de que el esfuerzo y la voluntad hacen que a uno le vaya bien en la vida, porque ni siquiera ellos mismos lo han comprobado". Basado: BBC
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