Día Mundial de la Población

Hoy, 11 de julio, se conmemora en el planeta el Día Mundial de Población. Un año más desde que Naciones Unidas determinara, en 1989, que los Estados del orbe priorizaran políticas para que sus ciudadanos planificaran su familia. De acuerdo con el Ministerio de Salud (Minsa), hoy en día las mujeres urbanas desean concebir solo un hijo, a diferencia de la década de 1990 en que la fecundidad deseada era de tres hijos por mujer. Diversos argumentos se usan en estos tiempos para convencer a los que diseñan las políticas públicas, como a las mujeres y hombres, que la planificación familiar es importante: es un derecho, mejora la salud de las damas, fortalece su autonomía y combate la pobreza. Todos absolutamente válidos. Es lo que explicaría, por ejemplo, que en las mujeres de nuestras zonas rurales el número de hijos promedio sea hoy en día de tres a cuatro niños, en relación con los seis que esperaban tener hace una década. Sin embargo, su deseo de fecundidad es sólo de dos. Las mujeres de estas épocas, no importa de qué lugares provengan, o a pesar de barreras culturales que aún existen, quieren mejorar sus vidas y las de sus familias. Pero Lucy del Carpio, responsable de la Estrategia Sanitaria Nacional de la Salud Sexual y Reproductiva, muestra su preocupación porque en nuestro país las que viven en las zonas andinas y amazónicas pasan por problemas de acceso geográfico y si no llegan a locales de salud, tampoco a los métodos anticonceptivos. El representante auxiliar del Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA), Edgar Ramírez, recuerda que el Perú ha sido modelo en la región en el uso de la planificación familiar; pero reconoce que hay que capacitar al personal de salud en materia de planificación familiar, uso de métodos anticonceptivos y educación sexual; además de fortalecer el abastecimiento de insumos. “Se requiere de voluntad política en el tema de salud reproductiva, de apoyo presupuestal para desarrollarlo a nivel del país y con visión integral, porque no sólo hay que pensar en promover métodos anticonceptivos para no tener hijos, sino para vivir una sexualidad plena”, explica el funcionario. Adolescentes Sin embargo, quienes son materia de preocupación tanto para Del Carpio como Ramírez, son los adolescentes, que no acceden a los métodos de planificación familiar. Según la ENDES-2005, informa Del Carpio, sólo el 6.4 por ciento de los adolescentes entre 15 y 19 años usó algún método de planificación familiar. Mientras, el mismo estudio precisa que el 41. 2 por ciento de los que convivían o se casaron utilizó alguno. Ramírez manifiesta que actualmente el UNFPA apoya técnica y financieramente al Ministerio de Educación para desarrollar el programa de educación sexual de manera integral. “"Será un gran paso, pues permitirá contar con lineamientos de políticas que serán el soporte para que en el sistema educativo nacional se incluya aspectos de educación sexual integral para niños, niñas y adolescentes de acuerdo con sus edades”, agrega. Brasil es el único que desde hace algunos años estableció en su currículo escolar la educación sexual, debido, sostiene Ramírez, a que es el país que registra más prevalencia de VIH/sida. Y quizás empezar por una educación sexual integral, contribuirá a considerar el bienestar como un argumento para promover la planificación familiar en las escuelas. Al respecto, la titular de la Dirección de Tutoría y Orientación Educativa (Ditoe), María Teresa Ramos, sostiene que si la sexualidad es una dimensión de la vida humana, la educación debe contribuir con ello. “Nuestro objetivo es lograr que los estudiantes se desarrollen como personas autónomas y responsables, que les permita ejercer su derechos a su sexualidad integral y plena.” Y no le falta razón, según datos del Minsa, la mayoría de jóvenes que presentan el virus del VIH lo adquirió durante su etapa escolar. Un asunto que ya no se puede negar. Por eso, a comienzos de este mes se lanzó un programa piloto en el Callao, Ucayali, Huancayo y Lima Metropolitana. “Continuaremos en San Juan de Lurigancho durante la primera semana de agosto. Hemos trabajado una muestra de instituciones educativas para validar la experiencia con los actores del proceso: docentes, estudiantes y padres de familia”. Es sin duda el comienzo, porque esta experiencia se articulará con el Ministerio de Salud, pues se referirá a los escolares que pidan orientación a los establecimientos de salud. “No sólo queremos evitar que adquieran una ETS o el VIH/sida. Queremos que sean mejores personas, que se respeten, y vivan sanamente sus afectos, el amor”, expresa Ramos. V.Latina